En este sentido, aconseja a los visitantes y residentes, actuar de forma serena, sin molestarlos y manteniendo una distancia prudencial. A menudo, por falta de conocimiento acerca de sus características y ciclos naturales, se trata de ayudarlos y se los termina perjudicando.
Mantener distancia de ellos, no rodearlos ni tocarlos y, sobre todo, no correrlos hacia el agua. Muchos de estos animales hacen uso de la playa para descansar y luego retomar su camino. Otros, los menos afortunados, llegan a las playas por lesiones de origen natural, enfermedades y, en algunos casos, como consecuencia de la negligencia humana (empetrolamiento, enmallamientos con sogas o tanzas de pesca).
No pasar caminando entre el animal y la costa, ya que se les corta la vía de escape.
Si los animales están enfermos o lastimados por causas naturales, no se debe intervenir, sino dejar que la naturaleza siga su curso. No entrar en contacto con animales enfermos, ya que muchas de sus afecciones pueden ser peligrosas para la salud humana (enfermedades zoonóticas). Tanto en el mar como en otros ecosistemas hay animales encargados de la “limpieza” (carroñeros), por ejemplo gaviotas, petreles, chimangos, etc; de no existir, las playas se convertirían en focos infecciosos y peligrosos para la salud, tanto del ecosistema como de las personas que disfrutan de estos paisajes.
En aquellos casos en los que se encuentran animales afectados por acciones humanas negligentes, nunca deben ser manipulados por personas que no estén capacitadas para tal fin. Se les puede provocar estrés y/o causarles la muerte.
Ante este tipo de situaciones y frente a cualquier duda dar aviso a los números telefónicos, en los que se recepciona todas las inquietudes y denuncias: Dirección de Fauna Silvestre de la SAyDS, 02920-423391, Defensa Civil, 02920-422679, Policía 101, Prefectura 02920 -461742.