El verano coincide con la época de mayor actividad reproductiva y de cría de muchas especies, entre ellas del lobo marino, por lo que es común encontrarlos en la playa descansando o recuperándose de las heridas producidas naturalmente por su comportamiento reproductivo, que hace que los machos compitan por sus harenes.
Algunos animales simplemente salen a descansar a la playa, por lo que debemos dejarlos tranquilos sin intentar devolverlos al agua. Otros están enfermos y naturalmente serán el alimento de carroñeros como gaviotas, petreles, peces y cangrejos.
La fauna silvestre puede ser agresiva y contagiar enfermedades y por ello se aconseja no acercarse. Esta recomendación vale tanto para las personas como para las mascotas.
Se recuerda que sólo debe darse aviso en los casos que se vean varios ejemplares juntos, heridos, enredados, muertos o acosados por perros o vehículos.