Se trata de un ejemplar hembra de aproximadamente 12 metros de longitud y con un peso de más de 10 toneladas
Amancay, como fue bautizada, “aun está con vida pero muy delicada ya que sufrió el aplastamiento de sus órganos internos por su propio peso, por estar tantos días fuera del agua”, explicó Guillermo Ceballos, subsecretario de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Provincia.
Este lunes por la mañana se envió a un equipo técnico de refuerzo para acompañar y continuar con el operativo que se llevó adelante durante todo el fin de semana. Mañana se realizará el recambio de los guardas.
El operativo fue inicialmente encabezado por Raúl González, investigador del CONICET y referente del Instituto de Biología Marina y Pesquera “Almirante Storni”, con una vasta experiencia profesional vinculada al estudio de la Ballena Franca Austral, quien junto a su equipo de trabajo se trasladó a prestar el auxilio necesario. El mismo había sido convocado por la SAyDS.
El ex guarda ambiental Guillermo Frías, quien trabajara hace unos años para la Secretaría y que actualmente vive en la zona de la caleta, fue quien dio aviso del hecho. Asimismo, inmediatamente auxilió a los guardas brindándoles información acerca del ejemplar varado y datos de su localización, como también otros vecinos de la zona colaboraron movilizándose hacia el sector.
Ceballos manifestó que “se trabajó en equipo y con el acompañamiento de todos los vecinos del sector que siempre estuvieron a disposición, y a quienes le agradecemos".
“González comentó que es extraño el comportamiento de la ballena en relación a experiencias anteriores, ante lo cual podría tener alguna condición particular de salud, por lo que se tomaron muestras e hicieron las mediciones del ejemplar para saber si sufre alguna patología, dato que aún desconocemos”, explicó el Subsecretario.
De acuerdo a lo expresado por los profesionales, por su geografía, la caleta es un lugar de difícil acceso, con una dinámica de mareas y suelos complicados que impiden el ingreso de maquinaria pesada, más allá del daño que se le podría producir a Amancay al intentar moverla.
Contó además que los guardas ambientales fueron asistidos con un vehículo todo terreno -para acceder más fácilmente al sector-, combustible, elementos de protección personal y elementos de señalización en caso que fuera necesario impedir el acceso de gente al lugar.
“A su vez se recuerda que es importante que la gente entienda que no debe acercarse ya que ello no contribuye a la situación, causando mayor nerviosismo a la ballena, y que en caso de producirse su deceso constituiría un serio riesgo para la salud humana”, apuntó.